...

Felices los bautizados que no se avergüenzan ni temen vivir el Evangelio para transformar nuestra sociedad...

Felices los que trabajan por el bien común y por los marginados del sistema, superando egoísmos y comodidades...

Felices los que no se atan a seguridades ni venden su alma por el bienestar...

Felices los que no se conforman con el asistencialismo y la caridad y luchan por un estilo de vida fraterna y solidaria...

Felices los que "meten las manos" en la vida política y anuncian la verdad del Evangelio a los acomodados y a los deseperados por igual...

Felices los que prefieren la cooperación a la competencia y entre el "éxito" y la verdad, se quedan con la verdad...

Felices los que todavía creen que el amor tiene la última palabra y procuran calmar el hambre de pan y de amor a sus hermanos...

Felices los que creen en una sociedad en la que todos tengan la misma oportunidad...

Felices los cristianos que conocen la Doctrina Social de la Iglesia y la practican...

Amén.


martes, 18 de mayo de 2010

Cómo surge la Doctrina Social de la Iglesia

Contexto para comprender el surgimiento de la Doctrina Social de la Iglesia.

Para comprender el porqué de una doctrina de índole social en la Iglesia, es necesario remontarnos al siglo XIX y ver en él el profundo cambio social del que el mundo era protagonista.
Los efectos de la conocida “revolución industrial” van dando inicio a un Capitalismo incipiente. Por otro lado, la preocupación por la cuestión obrera y el proletariado (proletario= aquel cuyo único bien a poseer es la propia prole) va dando vida al Comunismo (en 1848 Carlos Marx escribe “Manifiesto Comunista”).
En este marco, el 15 de mayo de 1891, se publicó la carta Encíclica Rerum Novarum, del Papa León XIII, distanciándose al mismo tiempo del Capitalismo como del Comunismo, y denunciando que “un número muy pequeño de opulentos y excesivamente ricos había impuesto sobre la multitud de los proletarios un yugo casi de esclavos”.
En un sentido amplio, puede entenderse la DSI como una dimensión evangelizadora de la Iglesia en el campo social a partir de la Encíclica Rerum Novarum y hasta la Encíclica Centesimus annus de Juan Pablo II, a los cien años de la RN.
En todo este período (1891-1991), otros aspectos de la vida social e internacional merecen nuestra atención a la hora de dar un contexto a la DSI. El período post guerra y la fundación de la O.N.U. en 1945, la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, Guerra fría, la celebración del Concilio Vaticano II entre 1962 y 1965 y sus correspondientes recepciones tanto en Latinoamérica (Medellín, 1968 y Puebla, 1979) como en Argentina (San Miguel, 1969).
Por lo tanto, la DSI nace con problemas vinculados a la Revolución Industrial y a la cuestión social, pero con todos los hechos nombrados anteriormente, los temas de la DSI se amplían a las relaciones norte-sur del mundo, el desarrollo, la ecología, la guerra y la paz, etc.

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